sábado, 21 de mayo de 2016

Tenía mal aliento y le dolían los oídos, cuando los doctores supieron la causa… ¡no lo podían creer!.

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El problema del mal aliento es uno de los que a veces no podemos determinar cuál es la verdadera causa que lo provoca, y es que tiene varias aristas desde el punto de vista orgánico. El mal aliento puede ser ocasionado por problemas estomacales, por problemas odontológicos, por la falta de higienes en la lengua y las amígdalas como órgano receptor de toxinas, bacterias e insectos que no dejan entran a nuestro organismo.

Estos dos órganos están dispuestos, uno a cada lado del comienzo de la laringe y cuya función es defender el sistema digestivo de las posibles agresiones que puedan venir del mundo exterior en distintas forma y que ellas van atrapando y depositando en cada amígdala de forma que más tarde el mismo organismo tiene un mecanismo para expulsarlas.

Cuando la amígdala se inflama y comienza a doler, es que este mecanismo de expulsión de la materia que van recogiendo a través del tiempo no funciona bien y ya se está comenzando a formar una infección por la misma materia que ellas recogen para que el resto del cuerpo no lo haga.


Esta materia que se acumula en las amígdalas llega el momento en que comienza a expedir un mal olor, y esto es lo que ocasiona en muchas oportunidades el desagradable mal aliento. Y es que muchas veces las personas no se percatan de cuáles son los mecanismos que toma el cuerpo para lograr depurase y no hacemos nada para ayudarlo.


Para expulsar estas pequeñas piedritas que se van calcificando en cada amígdala es importante saber quecon una pequeña tos provocada en el momento que comienzas a sentir las molestias estas se desprenden y son expulsadas, generando un verdadero alivio para la amígdala y para el mal aliento. Otro mecanismo muy efectivo es la realización de gárgaras con enjuague bucal, agua con limón o agua sola.
Los síntomas para reconocer que los tonsolitos están presentes, es la halitosis fuerte y recurrente, un pequeño dolor o molestia en la amígdala, mal sabor en la boca y a veces problemas y dolor para tragar. Si el cuadro se vuelve grave puede que también se vean involucrados los oídos y el dolor se vuelva insoportable en toda la zona. Es en este momento que debes acudir al médico para que el evalué si necesitas una limpieza profunda o requieres una intervención quirúrgica, dependiendo de lo recurrente del problema y lo grave de los síntomas.



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